El año 2011 la Comunidad Europea empezó a investigar un posible cártel de los fabricantes de camiones. Según quedó probado posteriormente, entre 1997 y 2011 MAN, Mercedes, Scania, DAF, Volvo e Iveco se coordinaron para aumentar los precios de sus productos aprovechando que en conjunto prácticamente forman un monopolio y retrasaron deliberadamente mejoras en la reducción de emisiones de sus motores. MAN colaboró en la investigación lo que la eximió de pagar 1.200 millones de euros en multas mientras que el resto de fabricantes aceptaron su culpabilidad y una reducción del 10% en el importe de las sanciones. Aun así, pagaron entre 494 y 1.008 millones cada uno por este concepto además de indemnizar a sus clientes por el sobreprecio.
Pero SCANIA se negó a reconocer su participación en el cártel y siguió pleiteando. Los recursos ya han dado lugar a sentencias firmes y finalmente han tenido que pagar los litigios y la multa sin reducciones. Tras este periplo por los tribunales, se ha abierto el plazo para que los clientes de la marca puedan reclamar el sobrecoste.
Inicialmente este se fijó en el 5% del precio del camión salvo prueba en contrario, pero los tribunales han ido aceptando pruebas periciales que en algunos caso llegaban a incrementar este porcentaje hasta el 16% por lo que SCANIA probablemente tendrá que abonar mucho más dinero al existir esta jurisprudencia previa.