La vía más insegura de España, según las últimas informaciones, es la AP-7 en el tramo entre Barcelona y la frontera francesa. No es donde hay más accidentes sino donde más hurtos y robos se producen.
Ha llegado a un punto en que incluso los paneles luminosos de la autopista advierten de que extrememos las precauciones en las paradas. Aprovechando que ya no hay peajes que limiten sus movimientos, varias bandas circulan al acecho para cometer sus fechorías.
La parada a llenar el depósito en las últimas gasolineras antes de entrar en Francia, donde el combustible es bastante más caro, es una tradición que puede ser menos rentable de lo que pensamos: los descuideros aprovecharán que abandona el coche para pagar y se llevarán el móvil o cualquier objeto de valor. En las áreas de descanso puede sufrir un atraco, alguien que hace señas indicando que pare porque tiene una rueda pinchada o una luz fundida puede estar tendiéndole una trampa. Incluso se han dado casos en que los atracadores le hacen un roce a su coche en marcha y cuando se detienen para hacer los papeles del seguro le atracan.
La policía catalana ha incrementado las patrullas y hasta anunciaron que tienen drones para pillarles in-fraganti, pero no tienen medios suficientes para controlar toda la autopista. Y aunque detienen regularmente a algunos de estos ladrones deben soltarlos con cargos al ser considerados en general simples hurtos menores que a menudo ni se denuncian.
La AP-7 es una vía de paso imprescindible. Si se ve obligado a circular por ella, extreme las precauciones: cierre bien el coche para pagar en las gasolineras, déjelo a la vista en la cafetería, procure evitar las áreas de descanso solitarias y desconfíe siempre.