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El fracaso de las subvenciones MOVES

Las subvenciones del plan Moves para la descarbonización del transporte pesado no funcionan. Así lo indica la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (ASTIC)

De los 400 millones, más de la mitad (53%) se conceden como ayudas para el achatarramiento de vehículos antiguos. Y del resto, la inmensa mayoría se dedica a la renovación de flotas de autobuses urbanos que representan una pequeña fracción del parque de vehículos pesados.

Hay dos razones claras para este fracaso, según ASTIC: la complejidad y lentitud burocrática para solicitar las subvenciones, con retrasos de hasta dos años para cobrarlas, y el hecho de que sólo se apliquen a la compra de vehículos eléctricos, híbridos y de hidrógeno (también para los de gas, pero sólo autobuses urbanos)

La solución, dice esta asociación, es sencilla. Pasa por aplicar la subvención en el precio de compra del vehículo para eliminar carga burocrática y sobre todo los retrasos en su recepción, que causan importantes sobrecostes de financiación. Y abrir la posibilidad de ampliarla a camiones de gas y de combustibles convencionales o sintéticos. Sin olvidar la urgente potenciación de los combustibles sintéticos como el HVO que están regulados en varios países europeos pero son ignorados en nuestra legislación.

En España casi 1 de cada 3 camiones tiene más de 20 años y la edad media es de casi 15 años. La renovación de esta flota supondría ahorros del 20% en las emisiones de CO2 y más aún en la emisión de otros contaminantes. Estas cantidades están muy por encima de las mejores previsiones de disminución de emisiones que se podrían obtener con el plan Moves actual.

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