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Talgo, la herramienta de Putin para reconquistar parte de Europa

La red de ferrocarriles españoles empezó a construirse en el s.XIX pocos años después de que Francia conquistase España. Esta derrota frente a Napoleón, aunque finalmente consiguiésemos expulsarle, seguía en las mente de los planificadores del estado. Se decidió que la futura red de ferrocarriles no debía ser compatible con la francesa (y europea) para dificultar otra posible invasión, de modo que el ancho de vías de la red principal se estandarizó por ley en 1.668 mm en lugar de los 1.435 del resto de Europa. Imposibilitar el tráfico de trenes militares (y comerciales) extranjeros era una decisión estratégica.

En tiempos de paz, esto es un grave inconveniente para el comercio, y TALGO creó y patentó un sistema con el que los trenes pueden cambiar su ancho de vía de forma rápida y sencilla. TALGO sigue siendo la única empresa que puede fabricarlos en la actualidad.

Una empresa húngara, Magyar Vagon, quiere adquirir el 100% de Talgo y ha lanzado una OPA para comprar todas las acciones. Pero el gobierno español quiere impedir esta operación, alegando que es una empresa estratégica básica, y la comunidad ferroviaria está pendiente del siguiente movimiento de ambas partes.

En particular, en varios foros se debate que esta venta concedería a Rusia una ventaja militar importante. Rusia tiene un ancho de vía distinto del europeo (1.520mm) por las mismas razones que España, dificultar una posible invasión extranjera. Los países de la antigua órbita comunista temen que la venta de talgo a una empresa semiestatal húngara, país que sigue manteniendo lazos importantes con la Rusia de Putin, le facilite la anexión por via militar de estos países cuando termine con Ucrania.

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